Fuegos artificiales

Todas y todos hemos visto los fuegos artificiales y el espectáculo visual que son pero ¿sabes su origen? Hoy te lo vamos a contar.

Los fuegos artificiales fueron inventados o descubiertos por un cocinero chino en el siglo X. Según documentos de la época, el padre de los elementos pirotécnicos hizo los primeros fuegos artificiales de la historia por casualidad. Mezcló en una caña de bambú azufre, sal y carbón buscando cómo hacer nuevos platos. Aunque parezca cosa de broma, lo cierto es que bengalas, petardos y otros elementos pirotécnicos tuvieron su origen en la cocina.

Se sabe que en ciertas ceremonias y rituales religiosos los chinos empleaban fuegos artificiales según se deduce de documentos del año 1103. La cohetería utilizada como espectáculo de fuegos artificiales fue utilizada por chinos y mongoles en el siglo XII: se llamaron flechas de fuego volador activados por pólvora.

Expansión de los fuegos artificiales
Parece que fueron los árabes quienes introdujeron en España el arte de la pirotecnia. Sobre todo en Valencia y Murcia, donde cohetes, bombas y traca arraigaron. En las crónicas del viejo reino aragonés se alude con cierta frecuencia al uso de fuegos de artificio, no solo en los combates sino en las celebraciones.

Parece que de Valencia saltó la costumbre a Italia, tanto a Sicilia como a Venecia donde el arte de la pirotecnia floreció en el XVI. Otros países, como Francia en los siglos XVII y XVIII, hicieron suyo este elemento festivo.

Evolución de los fuegos artificiales
Las cosas en el ámbito pirotécnico mejoraron tanto que en el siglo XVII los pirotécnicos occidentales organizaban espectáculos de esa naturaleza en los que se podía contemplar incluso la silueta o contorno de figuras populares del momento, o reproducir edificios y paisajes.

En el Palacio de Versalles, ante las reales personas se organizaron acontecimientos de esta índole, aunque solo en blanco y rojizo. En el primer tercio del siglo XVIII los fuegos artificiales se introdujeron como elemento festivo y de celebración.

París, Londres, Madrid, el antiguo Berlín, Nápoles fueron incorporándolos como espectáculo palaciego, religioso e incluso para divertir al pueblo en parques, jardines y lugares de recreo.

La pirotecnia moderna data del primer cuarto del siglo XIX con la introducción del clorato de potasio por el químico francés C. L. Berthollet, cuyos trabajos de finales de la década de los 1780 posibilitaron los efectos de color y abrieron un campo ilimitado.

Los fuegos artificiales como hoy los conocemos fueron cosa no anterior a los trabajos de F.M. Chartier, que hizo del colorido la baza fuerte de este arte tras introducir el uso del nitrato de plomo y del llamado cobre de Chartier, según explica en su libro Nouvelles recherches sur les feux d’artifice(1854).

Con él fue ampliándose poco a poco la gama de colores que hacia 1869 ya era casi tan variada como la actual. Sin estos esfuerzos no hubieran sido posibles los famosos fuegos artificiales londinenses del Palacio de Cristal instituidos en 1865 como espectáculo regular, ni las fiestas de cientos de pueblos europeos a finales del siglo XIX.

Fuente: Curiosfera

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