La historia de los lentes de sol, es más antigua de lo que imaginas. Sus antecedentes se remontan a más de mil años de antigüedad.
Las gafas o anteojos de lentes convexas aparecieron en Venecia en la segunda mitad del siglo XIII, aunque se sabía que también los chinos las utilizaban hacía tiempo. No eran gafas de sol, sino para la lectura.
Fue un descubrimiento feliz, que alargó la vida útil de los eruditos medievales y copistas. Es cierto, que desde el siglo XI existía la lupa, pero ese instrumento requería una de las manos del escriba para leer y escribir.
Los primeros lentes de que hay memoria en Occidente, consistían en el montaje de dos lentes de berilo, una especie de cristal, que se engarzaban en círculos de madera o de hasta que se sujetaban sobre la nariz.
Los primeros lentes de sol las inventaron los esquimales, en el año 1000. Estaban fabricadas con hueso de animales y no tenían cristales. Contaban con una ranura muy estrecha para minimizar la luz cegadora del sol que se reflejaba en el hielo polar.
Por su lado, los chinos en el año 1200 inventaron una gafas de sol con cristales de cuarzo con una finalidad distinta a la actual.
Desde antiguo, se sabía que el cristal se oscurece ahumándolo y que de esa manera se palían las molestias ocasionadas a los ojos por los rayos del sol.
Pero su popularidad no es anterior al siglo XX, en Estados Unidos, donde su primer uso fue exclusivamente militar.
En 1930, las Fuerzas Aéreas de aquel país encargaron a la casa Bausch & Lomb, una serie de gafas capaces de proteger del sol más radiante los ojos de los pilotos. Las gafas deseadas tenían que ser capaces de defender al piloto del avión que volaba a gran altura.
Expansión de las gafas de sol
Los fabricantes pronto se dieron cuenta, de que la fortuna estaba en los lentes de sol. Se incrementaron las ventas de forma espectacular por todo el mundo.
El responsable de tan repentino éxito fue el tipo de publicidad utilizado: la campaña tenía un eslogan: ”Lentes de Sol de las estrellas”.
Las estrellas del cine y del deporte se mostraban luciendo el nuevo “complemento”, y aparecían los lentes en las caras de Peter Sellers, Anita Ekberg, Elka Somer y otros rostros conocidos de Hollywood.
Todo personaje que se preciara, tenía que lucir unos lentes marca Foster Grant. Es más, con el tiempo, las mismas estrellas daban su nombre a determinadas lentes. Más tarde, en la década de los setenta, los lentes oscuros pasaron a ser más decorativas que funcionales.
Diseñadores de moda y una serie de actrices famosas, las promocionaron haciendo de este producto objeto de moda. Las mujeres comenzaron a coquetear con los lentes, a jugar con ellas en las manos para transmitir sentimientos o inclinaciones determinadas.
Hasta el día de hoy los lentes de sol son un accesorio de moda que no puede faltar para presumir en primavera y verano, habiendo muchas marcas y tipos para escoger.
Fuente: Curiosfera